“El diseño de las
rutinas diarias”
Sabemos de la
importancia que tiene, para una adecuada concepción de esquemas temporales, el
establecimiento de rutinas que marquen una serie de experiencias del “antes” y
el “después” como primer medio para situarnos en ese complicado espacio. De hecho, de forma generalizada, trabajamos
unas rutinas, que pueden estar mejor o peor inspiradas, pero que nos sirven
para crear situaciones estables, sumamente familiares, tendentes al desarrollo
de conceptos temporales y a la creación de un ambiente seguro. Este segundo matiz, también de suma
importancia, posibilita que el niño/a pueda prever qué acontecimientos van a
suceder y en qué momento se van a producir.
Dentro de
nuestra experiencia, queremos ofertar una propuesta que esté dirigida de un
lado a la consecución de objetivos propiamente conceptuales pero que, de otro
lado, contribuyan positivamente a la creación de normas sociales, aspectos
creativos, de autoestima, afectivos, etc.
Pensamos que
la primera rutina a establecer, dentro de la jornada diaria, es formar una fila
para la entrada en el aula. Con esto deseamos
potenciar el trabajo sobre conceptos espaciales y de orden o el fomento de la
capacidad para guardar un turno en la entrada (trasladable a multitud de situaciones
cotidianas). Complementaria a esta
situación será nuestro saludo individual a los niños y niñas en el momento de
entrada, destacaremos cualquier aspecto positivo que los distinga (los bonitos
zapatos, el peinado, …) frente al grupo de forma que se sientan valorados
independientemente.
Resaltamos la
importancia de “unos momentos de expansión” en los que se produzca el
intercambio entre niños y niñas, sentados en el filo del corcho, que nosotros
aprovecharemos para recoger “el complemento del desayuno” comentando alguno de
los aspectos positivos del alimento que traen.
Una vez finalizada esta labor pasarán a depositar su talega del desayuno
y/o prendas de abrigo en el perchero individual.
De vuelta al
corcho comenzará propiamente la sesión con el nombramiento del jefe o jefa del
día. Como sabemos será el/la encargado/a
de realizar diversas tareas de colaboración con el tutor/a a lo largo de la
jornada, independientemente tendrá un trato diferenciado ocupando el primer
lugar en la fila, etc. Entre estas
tareas destacamos: registro del tiempo,
día de la semana, mes y estación en la que nos encontramos. Previamente a estas labores realizaremos el
saludo, de especial importancia, lo que supone una relación biunívoca entre los
componentes del grupo. Para este saludo
“despertamos” a nuestra mascota.
Despertar a la mascota es un momento feliz. La mascota dice cosas a nuestro oído que sirven
para introducir el tema que vayamos a tratar y crear una situación afectiva.
Nuestra mascota pasa uno a uno haciendo una caricia y contamos en voz alta para
saber si falta alguien dentro del grupo.
Una vez hecho el registro de asistencia pasamos a saludarnos. Situamos
un aro en el centro del corcho (al que cantamos la canción de “redondo”) y
salimos de dos en dos para realizar un saludo que acabamos de inventar. El saludo debe cambiar cada día, ser
creativo, y mantener una relación con el centro de interés que estamos
tratando. De aquí parte la gran aventura
de cada día, seguros y confiados por estas “marcas” que guían el proceso.
JORGE SÁNCHEZ DE PUERTA REY.
No hay comentarios:
Publicar un comentario