lunes, 17 de noviembre de 2014

UN HUERTO EN LA ESCUELA

“Un huerto en la escuela”





El huerto escolar puede dejar de ser un sueño y convertirse en una atractiva actividad para nuestro grupo de alumnos y alumnas de Educación Infantil.  Este proyecto, uno más entre los posibles, trata de convertir el espacio exterior al aula en un espacio igualmente educativo.  Proporcionará una serie de experiencias que no están sujetas al rigor de la producción sino al mero disfrute del cuidado y que tendrán un  efecto propedéutico ante el respeto a la vida (en este caso nuestras plantas).

Nuestro proyecto de huerto está sustentado por el deseo de ir creando pequeñas responsabilidades que, con un sentido lúdico, supongan una alternativa para el tiempo de ocio que representa el recreo.  Una vez que se ha creado el espacio en colaboración con las familias: cercado, preparación de la tierra en cuanto a abonado y arado, nos disponemos a realizar nuestra primera siembra.  En clase hemos observado previamente las matas de algunas plantas de temporada: tomateras, matas de pimiento, berenjena, pepino, melón, sandía…, un pequeño número de cada una de ellas.  Las hemos relacionado con la imagen del fruto que vamos a obtener al final del proceso.  Hacemos preguntas sobre las mismas, las describimos y buscamos parecido entre unas y otras, identificamos también sus partes.

La siguiente fase es la de siembra.  Esta fase la vamos a realizar por parejas.  Intentamos que exista una colaboración en esta tarea.  Combinamos sujetar la planta con enterrar las raíces.  Todo se va realizando en orden poniendo especial atención en aprender a caminar entre las hileras sin pisar las plantas que ya están sembradas.  Esto será muy útil en la fase de riego.  Las plantas pertenecen a todos los niños y niñas, no hay propiedad individual sobre las matas.  Nos parece interesante el trabajo en equipo, existen otras situaciones que dan oportunidad al desarrollo del trabajo individual.

De aquí en adelante habrá dos tareas fundamentales: regar y quitar las hierbas que vayan saliendo.  Lo vamos a hacer durante los recreos con la asistencia de un adulto  o la colaboración de alguno de los alumnos/as de Primaria.  Incorporamos alumnado de Primaria que está asistiendo al aula de compensatoria o tiene problemas de integración.

Periódicamente salimos para observar y tomar conciencia del crecimiento de nuestras matas, en ocasiones aprovechamos los desplazamientos por el recinto del colegio para llamar la atención sobre los cambios que se van produciendo. 

Poco a poco nos acercamos al verano.  El calor hace necesario intensificar el riego en cantidad y frecuencia.  Las vacaciones obligarán a un paréntesis en nuestro trabajo.  Es el momento de instalar un sencillo sistema de riego.  Sólo hemos precisado de un temporizador, unos metros de manga de riego y unos goteros.  El montaje no resulta complicado y resuelve el problema garantizando la supervivencia hasta el mes de septiembre en que regresaremos.

Los resultados son pequeñas cosechas de productos “ecológicos” que se obtendrán sin demasiado esfuerzo.  Puede resultar beneficiosa la colaboración de algún abuelo con tiempo y afición por el huerto para llegar a mejores resultados.


El acercamiento a experiencias de este tipo puede ser infinitamente positivo para una mejor comprensión del mundo que nos rodea.

JORGE SÁNCHEZ DE PUERTA REY.

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