lunes, 17 de noviembre de 2014

EL DISEÑO DE LAS RUTINAS DIARIAS

“El diseño de las rutinas diarias”



Sabemos de la importancia que tiene, para una adecuada concepción de esquemas temporales, el establecimiento de rutinas que marquen una serie de experiencias del “antes” y el “después” como primer medio para situarnos en ese complicado espacio.  De hecho, de forma generalizada, trabajamos unas rutinas, que pueden estar mejor o peor inspiradas, pero que nos sirven para crear situaciones estables, sumamente familiares, tendentes al desarrollo de conceptos temporales y a la creación de un ambiente seguro.  Este segundo matiz, también de suma importancia, posibilita que el niño/a pueda prever qué acontecimientos van a suceder y en qué momento se van a producir.

Dentro de nuestra experiencia, queremos ofertar una propuesta que esté dirigida de un lado a la consecución de objetivos propiamente conceptuales pero que, de otro lado, contribuyan positivamente a la creación de normas sociales, aspectos creativos, de autoestima, afectivos, etc.

Pensamos que la primera rutina a establecer, dentro de la jornada diaria, es formar una fila para la entrada en el aula.  Con esto deseamos potenciar el trabajo sobre conceptos espaciales y de orden o el fomento de la capacidad para guardar un turno en la entrada (trasladable a multitud de situaciones cotidianas).  Complementaria a esta situación será nuestro saludo individual a los niños y niñas en el momento de entrada, destacaremos cualquier aspecto positivo que los distinga (los bonitos zapatos, el peinado, …) frente al grupo de forma que se sientan valorados independientemente.

Resaltamos la importancia de “unos momentos de expansión” en los que se produzca el intercambio entre niños y niñas, sentados en el filo del corcho, que nosotros aprovecharemos para recoger “el complemento del desayuno” comentando alguno de los aspectos positivos del alimento que traen.  Una vez finalizada esta labor pasarán a depositar su talega del desayuno y/o prendas de abrigo en el perchero individual.


De vuelta al corcho comenzará propiamente la sesión con el nombramiento del jefe o jefa del día.  Como sabemos será el/la encargado/a de realizar diversas tareas de colaboración con el tutor/a a lo largo de la jornada, independientemente tendrá un trato diferenciado ocupando el primer lugar en la fila, etc.  Entre estas tareas destacamos:  registro del tiempo, día de la semana, mes y estación en la que nos encontramos.  Previamente a estas labores realizaremos el saludo, de especial importancia, lo que supone una relación biunívoca entre los componentes del grupo.  Para este saludo “despertamos” a nuestra mascota.  Despertar a la mascota es un momento feliz.  La mascota dice cosas a nuestro oído que sirven para introducir el tema que vayamos a tratar y crear una situación afectiva. Nuestra mascota pasa uno a uno haciendo una caricia y contamos en voz alta para saber si falta alguien dentro del grupo.  Una vez hecho el registro de asistencia pasamos a saludarnos. Situamos un aro en el centro del corcho (al que cantamos la canción de “redondo”) y salimos de dos en dos para realizar un saludo que acabamos de inventar.  El saludo debe cambiar cada día, ser creativo, y mantener una relación con el centro de interés que estamos tratando.  De aquí parte la gran aventura de cada día, seguros y confiados por estas “marcas” que guían el proceso.

JORGE SÁNCHEZ DE PUERTA REY.

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